En el silencio de una noche de verano, Federico García Lorca, aún adolescente, duerme en el jardín de la casa familiar. De repente, el joven es desvelado por los ensueños y pensamientos de su vocación artística recién descubierta. Entre la vigilia y el sueño, el poeta recibirá la visita de misteriosas criaturas y forjará un vínculo secreto con la Luna.

Si fuésemos un multimillonario que reside en Nueva York y asistiésemos al teatro a disfrutar de este espectáculo de danza, nos sentiríamos tocados por la fortuna de contemplar algo único a nivel mundial. Además del sobresaliente talento del director y coreógrafo Antonio Najarro, en este montaje se unen los mejores artistas en sus disciplinas: Alberto Conejero en la dramaturgia; José Luis Montón en la música y el autor que enciende la chispa de la inspiración: Federico García Lorca.